Qué es el capital riesgo informal

Claves para entender el Capital Riesgo

Se entiende por Capital Riesgo el dinero que se destina a financiar una empresa no cotizada o a adquirirla. También es aplicable a empresas cotizadas sobre las que se realiza una OPA de exclusión de un mercado de valores, es decir, una oferta pública de adquisición sobre una empresa con la finalidad de retirar sus acciones de la libre circulación compra venta, en un mercado de valores organizado y regulado como puede ser la Bolsa de Madrid. 

 La expresión capital riesgo informal hace referencia a la inversión en el capital de empresas no cotizadas bajo diversas modalidades, a saber: 

  • Préstamos otorgados por familiares o amigos del emprendedor o empresario. 
  • Suscripciones de capital de inversores próximos al emprendedor. 
  • Aportaciones de capital de clubs de inversores o de los llamados Business Angels. 

En los últimos años y atraídos por la revolución tecnológica y la globalización de los mercados también han surgido grupos empresariales, escuelas de negocio e instituciones públicas que impulsan iniciativas emprendedoras mediante la creación de incubadoras de empresas o aceleradoras que además de ayudar al desarrollo del proyecto empresarial mediante la tutorización de profesionales contratados invierten pequeños importes de dinero para contribuir a las necesidades financieras de éstas. 

 Recientes estudios indican que los volúmenes de capital y operaciones de inversión que se pueden calificar como “Capital Informal” muestran una tendencia al alza y cifran en más de 150 millones de euros la cuantía invertida en España en 2019 en más de 500 transacciones como indica el informe WebCapitalRiesgo.com referido al citado ejercicio económico. 

Atractivos del capital riesgo informal

 El florecimiento de inversores informales en empresas no cotizadas y generalmente en etapas muy tempranas se origina en países anglosajones donde el espíritu por asumir riesgo en iniciativas prometedoras pero carentes de base empresarial que sustenten tal entusiasmo está muy generalizado. No hay más que hacer una búsqueda en la Red de la palabra “investor” y podrán comprobar que mayoritariamente radican en EEUU en tanto que tal búsqueda con la palabra “inversor” queda en ínfima relación con la anterior. 

 Aunque no hay hechos científicos que avalen nuestra tesis, en nuestra opinión, el inversor tiene mucho de aventurero y sin duda el continente americano según acredita la historia del mundo ha sido un polo de atracción de personas con tal marchamo vital. La cultura inversora, las menores cargas fiscales existentes y el éxito de numerosos jóvenes que han alcanzado fama y dinero en ese continente, sin duda son un reclamo para jugarse el dinero en iniciativas empresariales por el solo hecho de resultar una idea atractiva y que el emprendedor muestre su entusiasmo y convicción. 

 Por otra parte, la globalización y la tecnología han actuado de espoleta para atraer a pequeños inversores de todo el mundo que a través de plataformas especializadas se lanzan a la aventura de invertir parte de sus ahorros con la esperanza de que se multipliquen como por arte de magia. 

Riesgos a tener en cuenta

 Al tratarse de una inversión que calificamos de “informal”, quiere esto decir que habitualmente no existen mecanismos que validen las posibilidades de éxito de la inversión, ni procedimientos de auditoría, control o exigencia de responsabilidad a los emprendedores que captan el capital pues el inversor se juega su dinero, poco o mucho, a sabiendas del riesgo en que incurre. 

 Como “no es oro todo lo que reluce” como dice el refranero popular, con más frecuencia de lo que parece, se producen fraudes que lesionan los intereses de los inversores o al menos fracasos en múltiples iniciativas emprendedoras que abocan a la pérdida del dinero invertido, no ya por una mala praxis sino simplemente por la ausencia de capacidades del emprendedor, falta de conocimiento  y talento suficiente o una insuficiente demanda del mercado a la oferta de productos, servicios o soluciones tecnológicas que estas iniciativas pretenden abordar, por citar algunas. 

Cada vez más las autoridades económicas de los Estados, que están obligadas a velar por la seguridad de las transacciones y del inversor y lógicamente prevenir el fraude o el blanqueo de capitales, imponen fuertes restricciones a la publicidad de oportunidades de inversión que no cuenten con una autorización legal previa obligando a que este tipo de oferta se gestione desde entidades de inversión colectiva reguladas y supervisadas. En estas los gestores responden con su patrimonio y deben acreditar suficiente conocimiento y experiencia y aportar procedimientos de análisis, evaluación y seguimiento de las inversiones y oportunidades ofertadas.

 Delicias Capital, que cuenta con experiencia, profesionales y capital ha afrontado los rigurosos trámites exigidos por la normativa legal vigente para convertirse en una gestora profesional que invierte capital en empresas no cotizadas bajo la supervisión y la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con el fin de garantizar y salvaguardar los intereses de sus inversores de forma profesionalizada.