La creación de valor para los accionistas

Proporcionar beneficios a los accionistas, el objetivo de toda empresa

Bien es sabido, que toda empresa busca la consecución de beneficios para sus accionistas. Para ello buscan recursos en el mercado y con el beneficio obtenido de sus operaciones pagan a sus acreedores y la diferencia se la reparten sus accionistas.

Los inversores suscriben emisiones de capital o deuda con el objetivo de obtener un beneficio. En el caso de suscribir emisiones de deuda, al otorgar un derecho de cobro preferente al del accionista la expectativa de beneficio viene determinada (fundamentalmente) por el interés ofrecido y por tanto la rentabilidad esperada debe ser inferior al caso de suscribir emisiones de capital, compra de acciones o títulos de propiedad de la empresa.

La creación de valor es un concepto asociado al beneficio generado para el que ostenta el derecho al mismo y por tanto en la medida en que este aumente se creará valor.

El Economic Value Added, EVA

En los últimos 20 años, se han desarrollado modelos para medir la creación de valor, avalados por la idea de implantar nuevas filosofías de gestión. Los principales directivos de empresas cotizadas se han esforzado en lanzar mensajes en tal sentido. Ya lo hacía el ilustre Presidente del Banco de Santander fallecido, D. Emilio Botín, cuando afirmaba: «nuestro objetivo es crear valor para nuestros accionistas», y otros que coincidían en la importancia de que el objetivo de toda empresa es crear valor para sus accionistas afirmando que “sólo la creación de valor asegura la posibilidad de obtener los recursos financieros precisos para desarrollar una actividad y para abordar nuevos proyectos».

Realmente no se trata de una innovación en la Dirección de una empresa, la creación de valor siempre ha sido la máxima responsabilidad de ésta para con sus accionistas. Donde sí han surgido innovaciones es en los procedimientos que se utilizan, para medir la consecución del objetivo de hacer más ricos a los propietarios del capital.

El análisis empresarial tradicional mide el logro económico basándose en el volumen de negocio, la generación de beneficio y el crecimiento de ambos, es decir, ganar y crecer es lo importante en una empresa. Pero, a partir del último cuarto del siglo XX, se empieza a dudar de la idoneidad de estos parámetros para medir la bondad de una empresa y paulatinamente se va imponiendo a éstos el concepto de Free Cash Flow (dinero disponible para los inversores) pues no es menos cierto que el beneficio contable es fácilmente manipulable en tanto que la generación de caja disponible para el inversor es lo que confiere valor a una empresa.

Este cambio de orientación de la medida del éxito empresarial, que relega los controles basados en el beneficio o el crecimiento, en favor de los basados en el dinero disponible, necesita de modelos adecuados al propósito. En 1990, G. Bennett Stewart de Stern & Stewart saca a la luz su «best seller», «The Quest for Value», donde se presenta el modelo de creación de valor «Economic Value Added» (EVA)

El Economic Value Added, EVA, es una marca registrada de Stern, Stewart & Co. y expresa la diferencia entre el beneficio operativo y la retribución que esperan los inversores por el capital aportado. Esta retribución se define como el Coste Medio Ponderado del Capital (CMPC o WACC en inglés) multiplicado por el Capital Invertido. El EVA es una medida anual y los datos que se utilizan para calcularlo son los que corresponden a cada año. Habrá creación de valor cuando es positivo y destrucción de valor cuando es negativo.

La aparición del EVA ha empujado a las consultoras más relevantes del mundo a crear sus propios modelos de medición. De ahí la proliferación de los «metrics» como se denominan en el mundo anglosajón. Aparte del EVA, el Boston Consulting Group nos propone el Cash Value Added (CVA), HOLT Value Associates apuesta por el CFROI y LEK/Alcar Consulting Group propone el Shareholder Value Added (SVA).

En Delicias Capital, consideramos que aunque los mercados y los inversores siguen considerando el beneficio y el reparto de dividendo como los indicadores clave para medir el atractivo de una empresa, por ser fácil de obtener en tanto el Free Cash Flow no lo es, también afirmamos que la valoración de una empresa se ha de basar en sus expectativas de generación de caja a largo plazo, lo que llamamos el “valor fundamental” y que en los últimos años ha irrumpido con fuerza en España, de la mano de Francisco García Paramés (el “Warren Buffet español”) que lideró BESTINVER con indudables resultados basados en esa filosofía de análisis.

El Value Investing

Al Value Investing se le califica como una «filosofía de inversión» y algo de eso tiene: convicción, creencia en lo que uno hace, ser capaz de mantenerse incluso aunque todos los demás marchen en la dirección contraria… Sus seguidores se vanaglorian de ser «contraria» y ser la minoría. Y es que, por definición, el Value tiene que ser minoritario.

La filosofía del Value Investing radica en la identificación de oportunidades de inversión a largo plazo con un precio bajo con relación a su valor fundamental pero que el mercado todavía no aprecia. Lo que ocurre es que no es tan sencillo. ¿Cómo saber dónde hay una buena oportunidad? ¿Cómo distinguir una compañía castigada de forma injusta de una que está barata porque su balance o su modelo de negocio no dan para más? Pues no es fácil.

En Delicias Capital nos posicionamos como buscadores de buenas oportunidades de inversión que atesoren una gran creación de valor en un plazo orientativo de 5 años.