Endeudamiento empresarial

¿Es malo para una empresa endeudarse?

Se define endeudamiento al conjunto de las obligaciones de pago que una empresa tiene tanto con entidades bancarias como con proveedores o acreedores diversos.

El endeudamiento tiene sus inconvenientes y sus ventajas. Comenzando por los inconvenientes, es frecuente que el empresario considere que el endeudamiento es un aspecto negativo para una compañía porque es indudable que cuando una empresa está endeudada y tiene que hacer frente a sus deudas con regularidad, ha de generar caja suficiente para atender esos pagos. Es decir, al riesgo empresarial se ha añadido el riesgo de fallo financiero. Además la deuda reduce la flexibilidad financiera de la empresa y puede suponer unos costes de agencia, entendidos estos como la mala toma de decisiones por el hecho de estar endeudado o necesitar endeudarse para abordar oportunidades de negocio interesantes.

Los costes de agencia se originan por un conflicto de intereses entre los accionistas y los obligacionistas de una empresa, de forma que un excesivo endeudamiento provoca distorsiones en las políticas de inversión que pueden provocar una pérdida de valor de la empresa. Ejemplo: invertir en proyectos de baja rentabilidad o no aportar capital ante buenos proyectos.

Por otro lado, también tiene sus ventajas:

a) Es una fuente de financiación más barata que la de los accionistas.

b) Los intereses de la deuda son deducibles de impuestos, suponen un escudo fiscal.

c) El endeudamiento impone disciplina a los gestores (empresarios o directivos), es decir, cuando el dinero no sobra las decisiones se toman con mayor cautela lo que evita el exceso de optimismo y la ligereza en las decisiones de inversión o asunción de compromisos de gasto.

d) Es un síntoma positivo de la confianza que terceros ajenos a la empresa tienen sobre la capacidad de ésta para generar dinero y atender a sus compromisos financieros.

e) Si la marcha de la compañía es positiva, la deuda aumenta la rentabilidad del accionista pues éste último dispone de mayores fondos para el desarrollo del negocio en relación al capital propio invertido.

Por tanto, el endeudamiento financiero puede convertirse en una ventaja competitiva como factor de apalancamiento para impulsar el crecimiento empresarial, siempre y cuando el costo de la deuda sea inferior al coste medio ponderado del capital, es un tema técnico no emocional.

Alberto Arranz, CEO de Delicias Capital, nos aporta su visión

El endeudamiento empresarial, en principio, no es malo. Ahora bien, tal y como diría nuestro ilustre escritor D. Francisco de Quevedo Villegas: “la mayor maldad no es deber, sino no temer a no pagar”.

Por tanto, prestar a una compañía que ante un momento de adversidad no tuviera ningún reparo en dejar de atender a sus compromisos financieros, desde luego, no es lo más aconsejable desde la perspectiva del inversor o prestamista.

La cuestión es para qué se pide esa deuda:

a) Si es para financiar o cubrir pérdidas que se arrastran de ejercicios anteriores.

b) Si es para financiar inversiones generadoras de caja y de valor.

En el primero de los casos, las probabilidades de impago son mucho mayores que en el segundo de ellos.

En cualquiera de los casos, lo fundamental es la armonía entre la capacidad de generación de caja y el servicio de la deuda, entendida como el pago de la deuda y sus intereses.

Si los prestamistas están dispuestos a dejarnos su dinero, es porque confían en el buen hacer de la empresa.

Y cabe preguntarse: ¿cómo se puede generar dinero para atender los compromisos financieros?

Por varias vías:

a) La más positiva y lógica, a través de la actividad propia de la empresa, es decir, ingresos menos gastos traducidos a cobros menos pagos operativos.

b) La aplicación de políticas de cobro y pago eficientes. Es decir, la mejora de sus necesidades operativas de fondos.

c) La venta de activos productivos o no de la empresa. Por ejemplo, a través de un lease-back.

d) El aumento de la deuda, es decir, deuda de sustitución.

e) La aportación de sus socios.

A modo conclusión, lo importante es saber si la deuda se puede pagar, si existe capacidad de pago y la finalidad de la deuda, es decir, qué destino vamos a darle a ella