Qué es un Fondo de Capital Riesgo (FCR)
Un Fondo de Capital Riesgo es un vehículo de inversión colectiva sin personalidad jurídica (según el art. 30 de la Ley reguladora, 22/2014), es decir, que no se inscribe en el Registro Mercantil, aunque tiene denominación social y número de identificación fiscal (NIF) y en lugar de unos estatutos sociales se rige por un Reglamento. Estos vehículos pueden ser de tipo abierto o cerrado lo que supone que su operativa es distinta.
Un FCR lo constituyen diversos inversores a los que se denomina “partícipes” que además de redactar el citado Reglamento han de aportar los fondos (dinero) para financiar su operativa y realizar inversiones y han de nombrar una Gestora para el desarrollo de su actividad: la inversión, gestión, seguimiento y desinversión.
Estas gestoras han de reunir una serie de requisitos, el más importante de los cuales es figurar como entidad registrada y supervisada por el organismo público de cada país, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en España. Estas gestoras se nominan, según la normativa vigente, Sociedades Gestoras de Entidades de Inversión Colectiva (SGEIC), anteriormente Sociedades Gestoras de Entidades de Capital Riesgo (SGECR).
Estos FCR pueden invertir en empresas cotizadas o no cotizadas e incluso en otros FCR, son los Fondos de Fondos, pero en este último caso y para que se consideren como tales deben tener un porcentaje mayoritario del capital del Fondo en el que invierten (más del 50%) y que, según la normativa vigente, se invierta en un mínimo de dos fondos.
Un FCR abierto o cerrado
Un FCR de tipo abierto es aquel que permite la incorporación y salida de partícipes durante su vida y por tanto sus participaciones pueden ser adquiridas por diferentes inversores a los constituyentes.
Un FCR de tipo cerrado por el contrario no permite la incorporación e incluso el abandono del inversor, salvo que así esté regulado en el Reglamento y según condiciones muy estrictas que conllevan una penalización económica, una vez ha sido concluido el periodo de incorporación de inversores delimitado por el Reglamento. Por tanto, una vez se cierra ese periodo y se informa a los inversores del porcentaje de participación que les corresponde, este permanecerá invariable hasta su disolución y liquidación formal.
Los partícipes de un FCR de tipo cerrado
Pueden ser inversores institucionales o inversores particulares (no profesionales). En caso de la existencia de inversores no profesionales se exige la intervención de un banco depositario que actúa de garante adicional a la CNMV.
Todos los FCR tienen a su vez dos tipos de inversores: los conocidos Limited Partners (LP) que aportan su dinero y cuya responsabilidad queda limitada por el importe asumido y los General Partners (GP) que son inversores y también gestores, es decir, forman parte de la SGEIC que gestiona el Fondo y que por lo tanto se juegan su dinero, su prestigio y su tiempo (habitualmente se exige una dedicación plena por parte de los LP).
Los GP en la medida en que además de su aportación económica son los artífices del desarrollo de la actividad del Fondo y son sus máximos responsables y responden personalmente, tendrán una recompensa adicional si se obtienen plusvalías por encima de una rentabilidad mínima delimitada en el Reglamento, es el conocido Carried Interest o Carry.
La operativa de un Fondo de Capital Riesgo
Contrariamente a lo que muchos piensan, un FCR no tiene el dinero depositado en una cuenta corriente en una entidad financiera sino que los inversores asumen un compromiso de inversión por una cuantía determinada e invariable, es lo que se conoce como el Commitment y deberán hacer sus aportaciones de dinero a la cuenta corriente del Fondo conforme se establece en el Reglamento, esto es, los pagos de las comisiones de gestión o Management Fees, los gastos del Fondo (abogados, auditores, DD, registros, etc.) y las inversiones en las empresas objetivo o targets.
La rentabilidad del FCR
La razón fundamental de que los inversores no hayan de aportar su dinero hasta el momento oportuno es financiera, es decir, el FCR persigue maximizar el valor del dinero aportado por sus inversores lo que se traduce en la obtención de plusvalías a lo largo del tiempo y hasta su disolución y liquidación y por tanto el éxito de éste se mide en términos de rentabilidad económica y financiera (Tasa Interna de Rentabilidad, TIR).
A los gestores de los FCR se les premia atendiendo a la TIR obtenida y esto se mide en términos de flujos de dinero a lo largo del tiempo por lo que tener el dinero ocioso en una cuenta corriente va en menoscabo de la rentabilidad del Fondo y en consecuencia no pedirán a los inversores que realicen desembolsos hasta que no sea necesario, bien para atender los gastos del Fondo o para realizar las inversiones de forma que la ineficiencia en la gestión del dinero recibido repercutirá en ese ansiado bonus.
En Delicias Capital somos conscientes de que el mejor lugar en el que puede estar el dinero de nuestros inversores es en sus bolsillos en tanto no podamos ponerlo a producir de forma eficiente, es decir, invirtiendo en buenas compañías que puedan crear valor para maximizar la rentabilidad de nuestros partícipes.