Las claves sobre el rendimiento financiero de una inversión
Un inversor es cualquier persona que decide destinar parte de sus ahorros a un activo financiero o no con el objeto de aumentar su valor o al menos no perder valor económico por efecto de la inflación o depreciación de la moneda.
La inversión en acciones es una alternativa que dependiendo de la empresa puede tratarse de adquirir acciones admitidas a cotización en un mercado de valores como la bolsa, o, por el contrario de acciones de una empresa no cotizada. En ambos casos, el inversor ganará eventualmente dinero por dos vías: (a) los dividendos que reparta la empresa y (b) la plusvalía por la venta de sus acciones.
Cuando un inversor decide comprar una empresa total o parcialmente, aspira a ambas fuentes de beneficio, si bien, la plusvalía por la venta de sus acciones está limitada por el hecho de la falta de liquidez de las acciones de una empresa no admitida a cotización en un mercado de valores. Por ello, es frecuente que un inversor cuente con asesores profesionales que le acompañen en el análisis, evaluación y formalización de una toma de participación, se trate de una compra total o parcial de una empresa.
Los asesores profesionales siempre plantearán que la adquisición de las acciones de una empresa se formalice junto a un acuerdo de socios que incluya cláusulas que le otorguen liquidez a la inversión.
Lo que debes saber sobre el acuerdo de socios
Las cláusulas que habitualmente se incluyen en el acuerdo de socios son fundamentalmente dos: (1) cláusula Drag-along y (2) cláusula Tag-along.
- La cláusula Drag-along otorga al inversor un derecho de arrastre sobre el resto de los socios al objeto de alcanzar un porcentaje de las acciones que se transmiten (venden) tal que otorgue al nuevo comprador una posición dominante, es decir, un control societario.
- La cláusula Tag-along otorga a todos los socios de una compañía un derecho de acompañamiento en la venta parcial de una empresa de forma que todos se beneficien proporcionalmente en el caso de que se presente una oferta de compra atractiva y no alcance la totalidad de las acciones emitidas.
Invertir en el ecosistema Startup
Es frecuente que en las habituales rondas de financiación de una Startup los emprendedores sean reacios a otorgar derechos de arrastre (cláusula Drag-along) a un accionista financiero y minoritario pues pretenden mantener el control societario de su incipiente empresa hasta que consideren que es el momento oportuno de vender, lo cual puede no coincidir con las expectativas de un inversor financiero. Si bien, es un derecho fundamental para dotar de liquidez a la toma de una participación societaria cuando estamos ante la adquisición de un porcentaje minoritario del capital de una sociedad que no cotiza en un mercado de valores y por tanto en la que el inversor está prisionero de los accionistas que tienen el citado control societario.
El emprendedor debe ser consciente de que el capital que aporta un socio financiero es tan vital para el desarrollo de la empresa como el Know-how que atesora, uno sin el otro hace que el posible negocio no llegue a materializarse. Además, el emprendedor debe considerar que el socio financiero no está interesado en reemplazarle pues su interés radica en maximizar su inversión económica y cualquier nuevo inversor valorará la capacidad de gestión y visión de negocio del emprendedor – empresario. Es en el conocimiento de negocio y sus cualidades directivas para liderar una empresa donde radica su fortaleza y la que garantiza su permanencia y beneficio.
Los emprendedores deben considerar como un aspecto vital para atraer inversores que éstos puedan multiplicar su inversión por mucho, pues son inversiones de alta volatilidad, léase riesgo, y para ello han de “alinear” sus intereses con éstos, es decir, deben coincidir sus prioridades de beneficio basadas en la revalorización de la empresa y por tanto de sus acciones, por encima de su remuneración (salario) y bonus o incentivos por el desempeño.