El Value Investing es una filosofía de inversión cuya premisa es la toma de participación en sociedades, cotizadas o no, que atendiendo a su capacidad de generar beneficios y caja a partir de un modelo empresarial eficiente y con ventajas competitivas, permita la obtención de plusvalías y dividendos generados por el crecimiento de negocio sin menoscabo de los beneficios ni el deterioro de los excedentes de caja con los que remunerar a sus accionistas.
En el proceso de inversión del Value Investor se identifican varias etapas, a saber:
- La identificación de las compañías que respondan a la filosofía indicada.
- La evaluación del potencial de revalorización de la compañía.
- Una valoración adecuada de la compañía en el momento de la toma de participación.
- El adecuado diseño de la transacción societaria para la toma de participación.
Identificación de compañías objetivo
Requiere de un proceso de análisis e investigación de sectores con potencial de crecimiento además de la identificación de compañías que sean líderes o con capacidad de liderazgo en la cadena de valor del sector en cuestión.
En esta etapa es fundamental ponderar adecuadamente el ciclo en que se encuentra la empresa y el sector de negocio por cuanto la inversión tiene un horizonte temporal delimitado, aunque a largo plazo.
Evaluación del potencial de la compañía
Es una etapa de evaluación cualitativa de la compañía, lo que exige una reflexión seria y rigurosa de varios aspectos:
- Identificación de la cadena de valor donde opera la compañía y la importancia de su aportación a ésta.
- Identificación de competidores y fragmentación sectorial. Es esencial evaluar correctamente la capacidad competitiva de la compañía y competidores clave que pueden capturar cuota de mercado o reaccionar a nuestras decisiones de oferta y demanda.
- Identificación de barreras de entrada. Es un elemento muy sensible puesto que, si no existen, las posibilidades de fracaso son significativas y viceversa. Las barreras de entrada son un aspecto disuasorio para la entrada de nuevos actores que puedan desestabilizar la oferta y demanda y el desempeño de la compañía en la que se invierta.
- Conocimiento de la industria, para lo que será preciso consultar con expertos del sector que conocen las claves de negocio y los drivers creadores de valor.
- Evaluación de los intereses de los directivos y accionistas de la compañía por cuanto el alineamiento de intereses entre estos colectivos es un elemento clave para evitar los costes de agencia y la pérdida de valor.
- Evaluación de las capacidades y organización del equipo directivo, lo que permitirá identificar puestos clave y déficits que puedan existir y sea necesario reforzar.
Valoración de la compañía
Para valorar adecuadamente una compañía es imprescindible apoyarse en referencias objetivas y comparables de mercado y los fundamentos operativos e históricos de la compañía para la generación de caja.
Para ello es vital cuantificar con realismo los siguientes aspectos:
- El potencial real de crecimiento de la cifra de negocio, mercados y productos y servicios ofrecidos.
- Conocer los ciclos del sector y/o de su nicho competitivo.
- La existencia o no de ingresos recurrentes.
- La existencia de equipos directivos experimentados que puedan diseñar y poner en marcha un plan de negocio expansivo.
- La rentabilidad histórica y futurible de la compañía.
- La importancia de las innovaciones y/o patentes con las que cuenta la compañía.
Lógicamente para que ese plan de negocio a desarrollar sea creíble ha de contarse con métricas históricas tanto de ventas como de rentabilidades operativas y de las necesidades de Capex y Opex.
Si existen barreras de entrada, el potencial de crecimiento será mayor que en caso contrario.
Diseño de la transacción
A pesar de haberse realizado un diagnóstico serio, riguroso y bien documentado como el indicado, si la transacción pivota sobre un precio elevado o se crean vehículos de inversión para apalancar la adquisición que resulten ineficientes es posible que la creación de valor se diluya y que el riesgo de la inversión aumente exponencialmente.
Lo mismo ocurre si no se han establecido claramente los objetivos a conseguir hasta el momento de la desinversión pues es posible que llegado el momento no se encuentre al comprador que valore adecuadamente lo que se le ofrece y por tanto las plusvalías esperadas no se generen. Esto comporta una reflexión seria y preliminar sobre qué y a quién vender la compañía lo que constituye el elemento esencial sobre el que identificar los objetivos a conseguir en el plazo de tiempo establecido. Es lo que en el argot del Private Equity se denomina el “ángulo de inversión”.
Delicias Capital es una gestora cuya filosofía de inversión es el Value Investing y por tanto no podemos renunciar a contrastar y poner en valor los aspectos enumerados pues nuestro objetivo prioritario es la multiplicación del capital invertido.